Riesgos para las empresas estadounidenses en los mercados emergentes asiáticos en 2024

Posted by Written by Abhishek Dey and Melissa Cyrill Reading Time: 14 minutes

Examinamos cómo las empresas estadounidenses presentes en los principales mercados emergentes de Asia se verán afectadas en 2024 por los múltiples riesgos geopolíticos, los continuos cambios en la cadena de suministro y las elecciones locales.


Traducción: Katherine Cheung García 

En 2023, el panorama económico mundial fue testigo de una convergencia de acontecimientos y retos cruciales que obligaron a las empresas a replantearse sus estrategias y a reducir el riesgo de sus operaciones, especialmente las empresas estadounidenses con sede en Asia.

Desde los acontecimientos políticos y los conflictos en Oriente Próximo hasta las interrupciones de la cadena de suministro y los cambios en la política monetaria, las empresas estadounidenses navegan entre un sinfín de incertidumbres y riesgos.

En este artículo, analizamos algunos de los factores clave que influirán en las operaciones empresariales estadounidenses en Asia en 2024, profundizando en las implicaciones de las elecciones regionales, las tensiones geopolíticas, el impacto de las políticas económicas estadounidenses en las divisas asiáticas y los riesgos del cambio climático y la sostenibilidad.

Elecciones en los principales mercados asiáticos en 2024

Al menos 64 países y la Unión Europea, que representan una población conjunta de aproximadamente el 49% de la población mundial, tienen previsto celebrar elecciones nacionales en 2024, cuyos resultados podrían tener grandes consecuencias para muchas empresas estadounidenses y multinacionales.

En este año electoral tan cargado, cuatro países de Asia emergente tienen previstas elecciones o ya las han celebrado. Estas votaciones tienen importantes consecuencias geopolíticas, sobre todo en el caso de Taiwán, y pueden repercutir en las trayectorias de reforma económica a largo plazo de países como India e Indonesia.

Taiwán

Lai Ching-te, del Partido Democrático Progresista (DPP), ganó las elecciones del 13 de enero en Taiwán, manteniendo la promesa del partido de defender la independencia política de Taiwán y el statu quo en las relaciones con China. Sin embargo, a pesar de que el DPP ha vuelto al poder, ha perdido la mayoría en la asamblea legislativa, lo que ha dado lugar a un panorama político fragmentado.

Se espera que Lai Ching-te continúe la política de la administración saliente de Tsai Ing-wen, pero mantener el statu quo podría deteriorar aún más las relaciones entre ambos lados del estrecho. Bajo el gobierno del DPP, se han intensificado las incursiones chinas en el territorio marítimo y aéreo reclamado por Taiwán, acompañadas de sanciones económicas a la isla.

La prolongación de las tensiones entre Taiwán y China puede dificultar el clima empresarial y las perspectivas de crecimiento a medio plazo de la isla, agravadas por los factores demográficos. Además, el posible impacto de acciones agresivas por parte de China, o de EE.UU. en la defensa de Taiwán, podría afectar a la confianza del mercado y a la percepción del riesgo en la región para las empresas estadounidenses.

Según la información publicada en el SCMP, las inversiones estadounidenses en Taiwán aumentaron hasta los 932 millones de dólares en 2023, un incremento significativo respecto a los 398 millones de dólares de 2022, lo que supone el mayor total en un solo año desde 2008. Se cree que la copropiedad de empresas taiwanesas por parte de entidades estadounidenses facilita la expansión de las líneas de producción y las capacidades de fabricación de estas empresas en Estados Unidos. En los últimos años, Taiwán, famoso por su sector tecnológico, se ha visto atrapado entre China continental y Estados Unidos, ambos importantes compradores de sus exportaciones. Las tensiones han aumentado a medida que las dos potencias se enzarzan en disputas sobre la “desvinculación” de la cadena de suministro. En medio de estos riesgos geopolíticos, las empresas estadounidenses parecen estar estableciendo asociaciones estratégicas con proveedores y fabricantes taiwaneses para asegurarse el suministro de componentes críticos. La pequeña economía de Asia Oriental es un gigante en el sector de la alta tecnología, ya que contribuye al 60% del suministro mundial de chips semiconductores.

Indonesia

Las elecciones en Indonesia se celebraron el 14 de febrero y, según el rápido recuento de votos realizado por encuestadoras privadas, se espera que gane Prabowo Subianto. Con Prabowo, se prevé que el país mantenga la estrategia de transformación económica del actual presidente Jokowi, centrada en el avance de las infraestructuras y la reducción de sus sectores ricos en recursos, en consonancia con su compromiso de mantener el legado de Jokowi. Ciertas promesas hechas durante la campaña de Prabowo, si se llevan a la práctica, pueden suponer un riesgo fiscal a medio plazo para la economía.

La presidencia de Prabowo puede traer incertidumbres a las relaciones políticas y económicas entre Indonesia y Estados Unidos. La preocupación por las violaciones de los derechos humanos y las tendencias autoritarias del pasado de Prabowo podrían tensar los lazos diplomáticos, lo que llevaría a un compromiso cauteloso entre ambos países. Las relaciones económicas, que son importantes para ambas naciones, también podrían sufrir cambios bajo el liderazgo de Prabowo, con posibles repercusiones en el comercio, la regulación de las inversiones y el acceso a los mercados. Estados Unidos podría pedir garantías en cuestiones como los derechos de propiedad intelectual y la competencia leal para mantener un entorno favorable a las empresas estadounidenses en Indonesia.

Según la Oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos (USTR), la inversión extranjera directa (IED) estadounidense en Indonesia (stock) fue de 11.900 millones de dólares en 2022, un 7,0% menos que en 2021, y se dirigió principalmente a la minería, la industria manufacturera y las sociedades de cartera no bancarias. El gobierno indonesio del presidente saliente, Joko Widodo, ha priorizado durante dos mandatos las reformas corporativas, las políticas macroeconómicas disciplinadas, el desarrollo del sector de las materias primas, la modernización de las infraestructuras y el aprovechamiento de la abundancia de recursos naturales de Indonesia.

India

Se prevé que India celebre elecciones en abril-mayo, aunque aún no se han anunciado las fechas exactas. Se espera que el actual gobierno de Narendra Modi obtenga la victoria con una holgada mayoría, en gran parte atribuida a los buenos resultados económicos del país y a la cohesión social en torno a la fe hindú. Se prevé que la posible reelección de Modi para un tercer mandato garantice la estabilidad política, el énfasis en la facilidad para hacer negocios y la continuidad de las reformas, lo que tranquilizaría a los inversores y empresas estadounidenses.

Estados Unidos es el mayor socio comercial de India y el mayor destino de sus exportaciones, mientras que India es el noveno socio comercial de Estados Unidos. EE.UU. es también el tercer mayor contribuyente de inversión extranjera directa (IED) en India. La asociación económica entre India y EEUU es amplia y multisectorial, y abarca comercio e inversión, defensa y seguridad, educación, finanzas, energía, ciencia y tecnología, TI, productos farmacéuticos y biotecnología, energía nuclear civil, medio ambiente, energías renovables, tecnología y aplicaciones espaciales, sanidad e investigación y desarrollo.

Bangladesh

El partido de la primera ministra Sheikh Hasina, la Liga Awami, ganó un histórico quinto mandato en medio de una baja participación electoral y con el boicot del opositor Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP), liderado por la ex primera ministra Khaleda Zia. Washington DC había protestado por lo que calificó de elecciones “injustas” en Bangladesh, mientras que India mantiene estrechos lazos con el gobierno de Sheikh Hasina. Esto podría crear algunos riesgos para las empresas estadounidenses en Bangladesh.

Según el Banco Mundial, la economía de Bangladesh se enfrenta a varios retos, ya que las presiones inflacionistas lastran el consumo privado, persisten las restricciones a la importación, es probable que las reservas de divisas sigan siendo bajas y las condiciones generales impiden la inversión privada. Las inversiones públicas, sin embargo, siguen siendo positivas según el Banco Mundial, que prevé que Bangladesh crezca un 5,6% en el ejercicio 2023-24.

Estados Unidos representa el 17,5% de las exportaciones bangladesíes y la IED estadounidense en Bangladesh supera los 4.000 millones de dólares. Dhaka quiere diversificar los sectores que reciben IED. En la actualidad, el gas y el petróleo representan el 70,9% de la IED estadounidense, mientras que el textil y la confección solo reciben el 3%, según datos de 2023.

Las empresas estadounidenses han señalado los retos existentes en el entorno de inversión de Bangladesh, a saber, la repatriación de beneficios, los derechos de propiedad intelectual, la ley de protección de datos y los servicios logísticos. Bangladesh ofrece grandes perspectivas en los sectores de la sanidad, la educación y las TIC.

Las elecciones estadounidenses también son un factor “X

Mientras tanto, las próximas elecciones estadounidenses de noviembre están llamadas a tener un impacto significativo en la economía mundial, particularmente en Asia. El resultado de las elecciones determinará las políticas económicas y reguladoras adoptadas por la administración entrante. Si bien se prevé estabilidad en caso de reelección de la administración de Joe Biden, existe un mayor nivel de incertidumbre en torno a una posible presidencia de Donald Trump. Esto último podría aumentar los riesgos y afectar negativamente al acceso al mercado y a la competitividad de las empresas estadounidenses.

La campaña de Trump ha sugerido aplicar un arancel universal del 10 por ciento a casi todos los productos importados si gana las elecciones. Además, proponen imponer un arancel punitivo adicional del 60 por ciento a los productos procedentes de China. Tales medidas podrían perturbar significativamente el comercio entre EE.UU. y China y tener importantes repercusiones para la economía mundial. Además, la tendencia de Trump a alterar las alianzas geopolíticas tradicionales podría tensar las relaciones con aliados clave y crear un entorno de desconfianza para las empresas estadounidenses que realizan negocios. En este escenario podría aumentar el escrutinio sobre sus cadenas de suministro, junto con posibles dificultades para conseguir contratos gubernamentales o acceder a incentivos clave.

Interrupción de la cadena de suministro

En 2024, las empresas estadounidenses se enfrentan a importantes perturbaciones en la cadena de suministro derivadas de diversos factores, como las tensiones geopolíticas, los conflictos comerciales y los acontecimientos mundiales. Estas perturbaciones han repercutido en todos los sectores, afectando a las operaciones, la logística y la rentabilidad. He aquí dos tendencias clave que podrían afectar a la cadena de suministro este año:

Factor chino

Las empresas estadounidenses se muestran cada vez más cautelosas a la hora de fabricar en China debido a las actuales tensiones comerciales, lo que les lleva a explorar opciones de diversificación. Muchas de ellas están reduciendo su dependencia de los proveedores chinos. Entre los factores que contribuyen a aumentar el riesgo de la cadena de suministro china se encuentran la guerra comercial entre Estados Unidos y China, las experiencias de acontecimientos de cisne negro como la pandemia COVID-19 y la inestabilidad geopolítica. Países como India, México y Vietnam se están convirtiendo en destinos alternativos de fabricación, lo que ha provocado el auge de conceptos como near-shoring y friend-shoring. México ha superado incluso a China como primer socio comercial de Estados Unidos.

Según una encuesta del US-China Business Council, el 84% de los encuestados declaró que las relaciones entre Estados Unidos y China afectaban a sus negocios en China, y el 31% desarrolló nuevas cadenas de suministro como respuesta. Las cadenas de suministro chinas también se han visto afectadas por las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense a empresas chinas. En octubre de 2023, la Oficina de Industria y Seguridad (BIS, por sus siglas en inglés) del Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció la inclusión de 42 entidades chinas en la lista de entidades “por prestar apoyo a la base industrial militar y/o de defensa de Rusia”, lo que dificulta o casi imposibilita sus negocios con Estados Unidos.

A pesar de estos riesgos, las crecientes restricciones a la exportación y los requisitos adicionales para la concesión de licencias, China sigue dominando la industria tecnológica y electrónica. Sin embargo, se aconseja a las empresas estadounidenses que construyan cadenas de suministro resistentes capaces de soportar interrupciones.

Ley uigur de prevención del trabajo forzado

Desde la perspectiva del riesgo empresarial, la promulgación de la Ley de prevención del trabajo forzoso uigur (UFLPA) desde el 21 de junio de 2022 presenta notables implicaciones para las multinacionales. La UFLPA establece una presunción refutable con respecto a los bienes originarios de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang (XUAR) o producidos por entidades especificadas, implicándolos como productos del trabajo forzoso y, por lo tanto, sujetos a la prohibición de importación dentro de los Estados Unidos. Esta legislación ha aumentado el escrutinio normativo y hace imperativo que las empresas garanticen unas cadenas de suministro transparentes y éticas. De hecho, a mediados de febrero, el Financial Times informó de que miles de vehículos Volkswagen -entre ellos Porches, Audis y Bentleys- habían sido incautados en puertos estadounidenses por las autoridades de Aduanas y Protección de Fronteras debido a problemas con piezas de automóviles procedentes de China. Al parecer, la empresa ha iniciado una investigación sobre el origen del “componente electrónico”, que puede haber estado implicado debido a “un proveedor indirecto más adelante en su cadena de suministro”. (Consulte la lista de entidades de la UFLPA aquí).

Crisis del Mar Rojo

Actualmente, las cadenas de suministro en el Mar Rojo se enfrentan a importantes interrupciones causadas en gran medida por los ataques de los rebeldes Houthi a cargueros y petroleros mediante drones, ataques aéreos y lanchas rápidas desde noviembre de 2023. Como consecuencia, las principales compañías navieras han interrumpido sus operaciones en la región, obligando a los buques a redirigir sus rutas hacia el sur, evitando el Cabo de Buena Esperanza. Este desvío prolonga la duración del viaje y aumenta los costes. La ruta más afectada es la que conecta Asia con Europa, donde los precios se han quintuplicado, según JP Morgan.

Aproximadamente el 30% del comercio mundial de contenedores que pasa por el Canal de Suez se ve afectado por esta interrupción. En general, las perturbaciones en la región del Mar Rojo han afectado al comercio mundial, provocando retrasos, desvíos de envíos y mayores costes operativos en diversos sectores, desde la industria hasta el comercio minorista.

Factores geopolíticos

En 2024, los riesgos geopolíticos están afectando significativamente a las empresas estadounidenses, remodelando sus estrategias y operaciones en respuesta a un panorama mundial en rápida evolución. Varios factores geopolíticos clave influyen en estos riesgos:

Relaciones Estados Unidos-China

Varios conflictos y competiciones sin resolver serán fuentes de riesgo geopolítico en 2024. El aumento de la presencia militar china en el Mar de China Meridional, los avances tecnológicos y la actual rivalidad comercial con Estados Unidos han agudizado las tensiones geopolíticas. A pesar de las tensiones entre ambos países, su relación bilateral es polifacética e incluye vínculos comerciales, económicos y de la cadena de suministro. Cualquier desacoplamiento drástico afectaría gravemente a ambas economías, dada su exposición comercial y comercial a los mercados de la otra parte.Aunque ambos países aspiran a competir de forma responsable, persiste el riesgo de una escalada de las tensiones. En las últimas semanas y meses, representantes gubernamentales chinos y estadounidenses de los departamentos de Asuntos Exteriores, Finanzas y Defensa se han reunido en diversos foros públicos para subrayar este punto. El USTR también prorrogó hasta el 31 de mayo de 2024 las exclusiones de los aranceles de la Sección 301 de China, que inicialmente expiraban el 31 de diciembre de 2023. Los líderes de ambos países -Biden y el presidente Xi Jinping- se reunieron por última vez en noviembre en la finca Filoli de San Francisco.

Las tensiones comerciales se intensificaron por primera vez entre Estados Unidos y China en 2018, cuando Estados Unidos impuso aranceles a las importaciones chinas para hacer frente a su déficit comercial, bajo el mandato del entonces presidente Trump. Las conversaciones se rompieron en mayo de 2019, pero se reanudaron con la firma del acuerdo comercial Fase Uno en enero de 2020. Sin embargo, persisten las restricciones a las exportaciones a China, sobre todo en tecnología, debido a la preocupación por la propiedad intelectual, lo que contribuye a las continuas tensiones comerciales.

Además, la superposición de intereses y conflictos, como las amenazas de China de vender bonos del Tesoro estadounidense y la inclusión de empresas tecnológicas chinas en la lista negra de Estados Unidos, añaden complejidad. Crece la preocupación de que las tensiones comerciales puedan derivar en una mayor disociación financiera, causando perturbaciones en los mercados financieros mundiales. Para más información sobre este tema, consulte nuestro informe sobre EE.UU.-China aquí.

Crisis en Oriente Próximo

Las actuales tensiones en Oriente Medio han puesto de relieve los conflictos subyacentes entre Irán y sus aliados, y Estados Unidos e Israel, haciendo temer una posible escalada de la violencia en la región. Con el telón de fondo de las actividades de enriquecimiento de uranio que está llevando a cabo Irán y las respuestas relativamente moderadas de los Estados árabes suníes, aumenta la preocupación por el incremento de los riesgos para los precios de las materias primas y las rutas comerciales. Más recientemente, ha suscitado preocupación el supuesto apoyo de Irán a los rebeldes Houthi que aterrorizan los puntos de estrangulamiento del transporte marítimo.

Los países asiáticos son especialmente vulnerables a la volatilidad de los precios de las materias primas, sobre todo de los hidrocarburos, y a las interrupciones de las rutas comerciales en Oriente Medio. Dada su fuerte dependencia de los recursos energéticos importados de la zona, como el petróleo y el gas natural, cualquier perturbación en la región de Oriente Medio puede tener repercusiones significativas en las economías asiáticas, afectando negativamente a las empresas estadounidenses que operan aquí.

La guerra entre Rusia y Ucrania y la lista de entidades estadounidenses

El inicio de la guerra y las consiguientes sanciones han interrumpido las cadenas de suministro directas con Rusia y Ucrania, así como las cadenas de suministro a Asia a través de Rusia. En consecuencia, los precios de diversas materias primas, energía, productos intermedios y servicios de transporte han subido considerablemente. Además, en respuesta a la continua agresión de Moscú en Ucrania y a la muerte del líder de la oposición Alexey Navalny, EE.UU. ha impuesto sanciones a más de 500 objetivos vinculados a Rusia y ha impuesto nuevas restricciones a la exportación a casi 100 entidades por prestar apoyo a Rusia. El cumplimiento de las sanciones de EE.UU. supone un reto importante para las empresas, incluidas las multinacionales con sede en EE.UU., sobre todo en lo que respecta a la identificación de los socios comerciales, grupos de productos y servicios afectados, y el cumplimiento de los controles de importación y exportación. El incumplimiento de la normativa sobre sanciones podría acarrear graves sanciones penales para las empresas y sus directivos.

El Reglamento de Administración de Exportaciones (EAR) incluye la Lista de Entidades, que enumera entidades extranjeras como empresas, instituciones de investigación e individuos sujetos a requisitos específicos de licencia para exportar, reexportar o transferir artículos especificados. Estas entidades, detalladas en el Suplemento nº 4 de la Parte 744 de las EAR, están sujetas a requisitos y políticas de concesión de licencias individualizados, además de los descritos en otras partes de las EAR. (Consulte aquí la lista de entidades estadounidenses).

Reserva Federal de EE.UU.

Se espera que la Reserva Federal recorte los tipos de interés a finales de 2024, lo que podría beneficiar a determinadas divisas asiáticas, como el yuan chino, la rupia india y el won surcoreano. Un dólar estadounidense más débil como consecuencia de los recortes de tipos podría reforzar estas divisas.

Según un informe de Swiss Re, se prevé que otros países asiáticos, como Japón y Vietnam, aumenten sus tipos de interés, mientras que otros, como Australia y Singapur, mantendrán políticas monetarias estrictas. Esta discrepancia entre EE.UU. y los países asiáticos se debe al hecho de que los bancos centrales de Asia-Pacífico no están reflejando necesariamente los recortes de tipos de la Reserva Federal de EE.UU. este año. En cambio, están adaptando sus políticas monetarias para hacer frente a las presiones inflacionistas locales e impulsar el crecimiento.

Cambio climático y riesgos para la sostenibilidad

En 2023, las temperaturas récord marcaron el año más caluroso jamás registrado, y se espera que las condiciones de El Niño exacerben las tendencias al calentamiento. Los analistas predicen un aumento de los costes económicos y financieros derivados de los efectos adversos sobre la salud en todo el mundo, incluidos riesgos como las enfermedades infecciosas y la escasez de agua, que afectan a los sistemas sanitarios y a la productividad. En los mercados asiáticos, e incluso en Estados Unidos, la transición hacia emisiones bajas en carbono ha sido desigual, con dudas sobre los riesgos y oportunidades de sostenibilidad. En la actualidad, los avances están impulsados principalmente por programas de incentivos gubernamentales, empresas del sector privado que persiguen el cumplimiento de las normas ASG y empresas de nueva creación. Las empresas estadounidenses con bases de producción orientadas a la exportación en países asiáticos también tendrán que prepararse para mayores salvaguardias medioambientales, seguimiento de las emisiones de carbono e impuestos sobre el carbono en los mercados occidentales. Por ejemplo, la Directiva de la UE sobre informes de sostenibilidad de las empresas, en vigor a mediados de 2024, aumentó el cumplimiento de la divulgación de información sobre el clima en Estados Unidos, etc. En la actualidad, una ley de California obliga a las grandes empresas a revelar las emisiones de gases de efecto invernadero a partir de 2026, lo que exige una preparación temprana para el seguimiento de la huella de carbono.

Conclusiones

Las tensiones geopolíticas, agravadas por la pandemia mundial y las disparidades en los beneficios de la globalización, están reconfigurando las políticas económicas de Estados Unidos y suscitando debates sobre el valor del libre comercio sin restricciones. Las medidas proteccionistas, como las acciones para asegurar las cadenas de suministro, el friend-shoring y el near-shoring, junto con los aranceles de represalia, son cada vez más frecuentes y afectan a las relaciones de EE.UU. tanto con los aliados como con las naciones hostiles. Estos acontecimientos plantean diversos riesgos para las empresas estadounidenses que operan en los principales mercados emergentes, especialmente en Asia, y afectan de manera diferente a los sectores y a las redes de proveedores, lo que se traduce en un aumento de los costes, incertidumbres y barreras invisibles en las licitaciones de contratos públicos.

Los términos preferidos se están infiltrando en los acuerdos comerciales y las negociaciones diplomáticas, sobre todo con mercados “amigos”, formando bloques comerciales sectoriales. Las represalias, como la imposición de aranceles y restricciones a la exportación, aumentan los riesgos para las empresas estadounidenses vinculadas a los mercados asiáticos. Las relaciones comerciales con China, cruciales para la estabilidad económica estadounidense, se enfrentan a nuevas incertidumbres en 2024. Si se producen cambios en el control ejecutivo el próximo año, tras las elecciones de noviembre, se pondrán a prueba las relaciones diplomáticas de EE.UU. con sus aliados asiáticos, que también tienen que gestionar las ambiciones económicas, tecnológicas y estratégicas de China, y en su patio trasero.

Por otra parte, en medio de la fragmentación del comercio mundial y la urgente necesidad de una acción climática, las consideraciones medioambientales están cobrando importancia para las empresas estadounidenses en Asia, ofreciendo oportunidades de crecimiento o de reconsideración de prioridades. Sin embargo, persisten retos como las interrupciones de la cadena de suministro, la competencia por los recursos, el aumento de los costes, el cumplimiento de la normativa y los riesgos para la reputación, que a menudo frenan las políticas de sostenibilidad. Las empresas deben comprender las implicaciones empresariales generales, prepararse para imprevistos y mitigar los riesgos operativos para garantizar su supervivencia y el crecimiento de sus resultados.

Como los mercados asiáticos seguirán siendo dinámicos en 2024, las empresas deberán ser más adaptables para captar la demanda y garantizar la estabilidad. Las herramientas digitales y el análisis de datos serán inversiones clave en este sentido, ya que las estrategias corporativas se verán obligadas a ser más ágiles y responder con más frecuencia a los episodios de crisis agudas.

Dezan Shira & Associates

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